-¿Rosie, otra vez aquí? -Se escucho la voz de la abuela de Max.
Nos separamos rápidamente y Max cerro los ojos. Parecía que maldecía a su abuela internamente.
-¿Abuela no venias después de cenar?
-No cariño. -Dijo con una sonrisa.
-¿Vamos a "ver" a Juliet y Dan?
-Si, vamos.
-Abuela, voy a buscar a Juliet.
Sin esperar a la respuesta de su abuela, Max me cogió de la mano y salimos de la sala. Luche por no volverme a ir. Cuando salimos de la sala me soltó la mano. El camino hacia mi casa fue silencioso. El momento que habíamos pasado en el sofá nos había dejado sin palabras.
-¿Como quieres espiarlos?
-Por la ventana del jardín. -Respondí sin pensarlo mucho.
Llegamos al mi casa y nos colamos silenciosamente en el jardín. Nos escondimos detrás de unos arbustos para ver algo. No estaban en el comedor.
-¿Donde estarán? -Me pregunto Max.
-No lo se, deben de estar en la habitación de Dan.
-¿Cual es su ventana?
-Esa, ¿Porque lo preguntas? -Le mire extrañada.
-Subete encima mio. -Dijo con una sonrisa.
-¿Estas loco?! Es un segundo piso!
-Ha sido tu idea espiarlos! Ahora tengo curiosidad así que, arriba!
-Si te hago daño me avisas.
-Si, mama. -Dijo en tono condescendiente.
Me ayudo a subir me y me puse de pie encima de sus hombros. Max estaba en forma, porque aguantar mi peso...
A duras penas llegaba a la ventana pero algo conseguía ver. Dan estaba en el ordenador mientras que Juliet estaba en el suelo con el libro de biología. Que desilusión esperaba encontrarme otra cosa.
-¿Ves algo?-Grito Max.
-Shhh!
Esta situación era típica de una comedia, sonreí internamente, me gustaba la compañía.
-Lo siento. -Dijo mas bajo.
-Están haciendo el trabajo de biología, nada interesante....
Empezó a sonar un móvil. Que oportuno!-Pensé. Entonces me di cuenta de que era mi móvil. Enseguida lo cogí.
-¿Si? -Pregunte susurrando.
-Hola, Rosie, ¿Por que susurras?
-¿Que quieres?
-No me has llamado.
-¿Rosie?!-Exclamo una voz femenina muy familiar. Era Juliet.
-Oh, no mierda, nos han pillado.
-¿Rosie?-Pregunto Dan.
Que susto me pego! Me moví bruscamente, eso provoco que...
-Rosie! ¿Estas bien? -Esa voz era la de mi ¿Padre? Oh, no, problemas.