Cap. 3 Entonces no podemos faltar.

-¿A tu hermano?

- Si, bueno es que, vivimos con mi abuela y él se hace un poco responsable de mi.

-¿Cuantos años tiene?

- Dieciseis.

-Ah, que coincidencia, yo también tengo un hermano de dieciseis, viene a este instituto.

-Él mío también, ¿Como se llama?

- Danny, pero le llamamos Dan.

- El mío se llama Max.

- Mejor deja de hablar y envíale un mensaje, que nos vamos ya.

-Vale, vale -Dijo riendo. - ¿Donde vives?

- Ya te lo escribo yo.

Le arranqué el móbil de la mano y escribí en una velocidad récord la dirección de mi casa.

Fuimos a coger las cosas de mi taquilla, cuando el mobil de Juliet sonó.

-Hola Max. -Dijo solo coger la llamada. - Si a casa de una amiga. - No dijo nada - Me va a ayudar con las mates, si tranquilo vale. Yo también te quiero, si adiós.

- ¿Tu hermano? -Le pregunté.

- Si, dice que me vendrá a buscar él.

-Ah, de acuerdo.

Dan ya estaba en casa cuando llegamos.

-¿Hola? -Pregunté.

- Papa y mama llegaran tarde. -Solo recibí esa respuesta. Era sorprendente, hoy al menos me respondía.

-Vale, de acuerdo, no nos molestes -Le respondí mirando a Juliet que estaba observando el cuadro de la entrada.

- ¿Nos? -Preguntó mi hermano.

De repente llego donde estabamos nosotras. Se le salieron los ojos de órbita cuando vio a Juliet. Se quedó mirandome sorprendido. Fue una situación muy cómica y no fui la única en darse cuenta.

-Es Juliet, una amiga -Dije.

- Ah, hola Juliet.

-Hola -Dijo ella.

- Nos vamos a mi habitación.

Subimos a mi habitación. Antes de entar le dije:

-No te asustes esta muy desordenada.

- Estoy acostumbrada.

Entramos a mi habitación y se puso a reír.

- ¿A esto dices desorden? Tendrías que ver la mía.

Estuvimos hablando mucho rato y jugamos a diversos juegos de mesa, hicimos de todo menos estudiar matematicas. Cuando me di cuenta me asusté.

- Ha pasado la tarde rapidísimo! Y no te he ayudado nada.

- No pasa nada, habrán mas días . -Dijo ella sonriente. -¿Que te parecé si recogemos un poco este desastre? - Dijo mirando todo lo que habíamos escampado por la mesa, la cama, el suelo...

-Vale de acuerdo.

Ella recogió los juegos de mesa mientras yo pasaba la escoba. Habíamos ensuciado un monton con la merienda. Juliet era muy "creativa con la comida". Había hecho cada guarrada... pero estaban deliciosas. Acabamos de recoger cuando sonó el timbre.

-Debe de ser mi hermano. -Dijo Juliet.

-Ya voy yo -Dijo mi hermano.

Bajamos por las escaleras corriendo pero mi hermano ya había abierto.

-¿Max? -Preguntó extrañado.

- ¿Os conoceis? -Preguntamos las dos a la vez.

- Si. -Dijo mi hermano.

- Es el hermano de Juliet - le aclaré a mi hermano.

- Entonces nos veremos bastante por aquí ¿No? -Dijo Max.

No me había fijado en él hasta ahora era igual de alto que mi hermano. Era moreno con ojos verdes. Era guapo. ¿Pero que estaba diciendo?

-¿Como te llamas? - M e preguntó Max.

Volví a la realidad.

- Rosie.

- Pues gracias Rosie, por ayudar a mi hermana. - Me miró de una manera un poco extraña.

¿Que se suponia que tenía que responder? Dan me salvo y dijo:

- Hey,¿ Max, por que no vienes mañana a casa a jugar a la play?

- Si, hermano, así seguire con las mates -Dijo Juliet guiñandome un ojo.

Le seguí el juego.

- Claro, y de paso os quedáis a cenar, a mis padres les encantara.

- Entonces no podemos faltar.-Dijo con una sonriendome.

¿Es que estaba teniendo alucinaciones?

-Bueno hasta mañana - Me dijo Juliet abrazándome.

Me había vuelto a ir.

- Eh, ah, si vale, hasta mañana.

Max y Juliet se fueron. Cuando cerramos la puerta, Dan se quedó mirandome otra vez sorprendido. Esto era cada vez mas divertido. Me cogió y me abrazó.

- Felicidades. -Me susurró en la oreja.

Estabamos así cuando llegaron mis padres.

- Tenemos que hacer una foto, la primera vez que lo veo -Dijo mi padre.

Entonces nos separamos. Era la segunda vez que me abrazaban hoy.

- ¿Que nos hemos perdido? -Preguntó mi madre.

- Rosie tiene una amiga. -Dijo mi hermano.

Ahora todos me estaban abrazando. Estaban muy contentos. Me iba acostumbrando a la idea de que la gente me abrazara. Era sorprendente como me había cambiado la vida en unas horas.